Ser voluntario, es crear vínculos con las personas con las que colaboras.

Como una apasionada del surf, encontré una actividad a mi medida: cada miércoles doy clases de surfing a niños autistas. Poder enseñarles los movimientos: encaramarse a una tabla, aguantarse sobre ella, es algo que me encanta. Pero lo mejor es ver cómo los niños se superan a sí mismos, la alegría que experimentan y cómo te agradecen que les dediques parte de tu tiempo, parece que les das todo

Otra actividad en la que participo es acompañar a personas con enfermedad avanzada en cuidados paliativos del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín:


Una vez a la semana, voy a la 6ª planta del hospital, que es donde está la Unidad de Cuidados Paliativos, y paso un par de horas acompañando a los enfermos y a sus familias.

Antes de poder colaborar como voluntaria en esta unidad, hice una formación para prepararme y poder dar lo mejor de mí misma.

Nuestro día en paliativos empieza con un status de los enfermos. La psicóloga y el trabajador social, que forman parte del equipo, nos dicen con quién podemos hablar y con quién no; los enfermos que están más receptivos para que les acompañes, los familiares que necesitan que los releves junto al enfermo mientras ellos se van a tomar un café o a un recado. Y muchas veces son los familiares que necesitan tu ayuda, necesitan desahogarse con alguien.

Con los enfermos nunca hablamos de lo que les pasa, tocamos todo tipo de temas, hablamos de su vida antes de la enfermedad. A veces consigues que se abran y te cuentan qué les preocupa: sus hijos y sus familias, qué pasará cuando ellos no estén.

Ayudar en paliativos es duro, pero está lleno de momentos que te emocionan: un día acompañaba a una señora enferma en su habitación y acababa de enterarse que iba a ser bisabuela, en aquel momento no parecía enferma, todo tenía sentido para ella, ¡Era feliz!

¿Qué le diría a la persona que duda en ser voluntaria? PRUÉBALO

Lola Miño

Ser voluntaria me enseña cada día y la mejor lección que he aprendido es a relativizar, a no preocuparme tanto por las cosas y a vivir y disfrutar de la vida mucho más.