Marisol, una salmantina muy implicada
Existen diferentes fórmulas para afrontar la prejubilación y Marisol Caballero escogió la solidaria.
Los primeros pinitos en el mundo del voluntariado los hizo estando en activo, pero el tiempo escaseaba, así que cuando dispuso de este preciado activo lo dedicó, sin pensárselo dos veces, a una actividad que la llena plenamente: la filantropía.
El proyecto en el que colabora con la Asociación de Voluntarios de "la Caixa" trabaja con madres solteras. El centro Ave María está en Salamanca y su dedicación es plena: “No sabes a la hora que entras, ni a la que sales”, explica. En principio su labor gira en torno a la realización de manualidades: “pero acabo realizando diferentes gestiones, según la demanda, ya que hay muchas historias dramáticas de niñas que han tenido vidas muy difíciles, en muchos casos con familias desestructuradas”. Así relata la salmantina su labor en el centro.
Reconoce que, a pesar de que el primer contacto con las nuevas madres siempre es distante, “acaban formando parte de mi familia”. “No dejan de ser niñas y ya son mamás”, asegura sobre la realidad diaria que se vive en las instalaciones que surgieron con la finalidad de dar acogida a mujeres gestantes o madres con hijos de entre 0 y 4 años que, por diversas razones, se encuentran en especial dificultad y en riesgo de exclusión social.
Entre las anécdotas que recoge sobre su experiencia destaca la relación que tuvo con una mami joven: “hoy es una madre fabulosa que pasó por un bache al tener dos bebés muy seguidos; seguimos con nuestra relación, ya que me hizo madrina y se ha convertido en una buena amiga de mi hija”.
No siempre las experiencias acaban bien: “me he llevado disgustos y he llorado; a veces te implicas demasiado y acabas perdiendo la pista de las personas con las que has estado”, relata.
Esta salmantina no solo trabaja con este colectivo; también es cooperante, bajo el paraguas del programa CooperantesCaixa, durante los meses de verano y participa en campañas puntuales de recogida de alimentos, así como en carreras solidarias. Para ella, ser voluntaria “no requiere valentía, porque soy yo la que necesita de ellos, más que ellos de mí”.

Marisol Caballero
