Vivo entregado en cuerpo y alma
Javier destila energía por todos los poros de su cuerpo. Este dinamismo vital lo enfoca al voluntariado desde hace casi quince años. Desde entonces, su papel en la asociación ha evolucionado por caminos que ni él podía imaginarse. Hoy es el delegado de la Asociación de Voluntarios de Zaragoza y desde hace dos meses, responsable de Acción Social de CaixaBank (RAS).
Todo empezó como un pasatiempo entre los compañeros de oficina: “éramos jóvenes, todos compartíamos la inquietud por dedicar un tiempo a los demás y el trabajo nos brindó la oportunidad”, explica Javier con entusiasmo. Por aquella época, a Javier le gustaba llevarse a sus tres hijos a conocer realidades diferentes a las suyas: “era una actividad que nos servía para pasar tiempo en familia, abrir las miras y adquirir valores”.
Javier ha colaborado con todos los colectivos, pero lo que especialmente le llena es pasar el tiempo con las personas sin techo. “A lo largo de estos años me he encontrado con auténticos fenómenos”, cuenta con admiración. Y añade: “suelo coincidir con un señor que tiene muchísima cultura y que le encanta leer, así que dedicamos el tiempo a intercambiar opiniones literarias. También es fácil hablar de fútbol o cine, porque de lo que se trata es de tener conversaciones que les hagan sentir incluidos en la sociedad”, confiesa.
Los miércoles va con su mujer al Refugio, un espacio al servicio de los más necesitados desde hace 375 años: “Nuestra labor es la de ofrecer cenas y nos vamos turnando entre los voluntarios de la delegación”. Lo que más valora son las charlas, el intercambiar sonrisas y miradas. Es consciente de que todos podemos caer en una situación así, por lo que no hace preguntas ni valoraciones.
Como Javier siempre está dispuesto a participar, podríamos decir que es un comodín dentro de su delegación. Aunque hay que resaltar que la de Aragón es una de las delegaciones más activas de todo el territorio: de los 350 censados, hasta 190 han participado en alguna actividad durante el mes de mayo. El éxito del funcionamiento de esta delegación recae en designar, para cada actividad recurrente, a un responsable que se encarga de organizar los turnos.
El emocionante Día del Voluntario
Hasta 500 niños de distintas asociaciones participaron en esta jornada que con tanta ilusión prepararon en la explanada de CaixaForum Zaragoza. “Estuvimos tres horitas a tope con talleres de danza, música callejera, juegos tradicionales y un montón de actividades que, gracias a las entidades colaboradoras, fueron todo un éxito”, explica. Para Javier, “lo maravilloso de esta jornada es la implicación de todos los participantes”.
Educación financiera en institutos
Hace unos meses se firmó un convenio con la Diputación de Aragón y desde entonces están dando cursos en institutos sobre economía financiera: “es importante que los chavales aprendan los conceptos sobre economía con los que se van a encontrar en la vida”. De momento, están siendo un éxito y en septiembre “volveremos a organizarlos”, cuenta.
Ser voluntario
Para Javier ser voluntario “te sale o no te sale, pero la única forma de saber si sirves, o de encontrar cuál es tu voluntariado, es probándolo”. Javier defiende que no todas las personas sirven para todas las actividades: “a mí se me da bien implicarme con los sin techo, pero otro puede estar en el hospital con niños recién operados. Lo importante es encontrar dónde uno se siente a gusto. Y sobre todo, que la primera experiencia sea positiva”.
En la Delegación de Aragón se enorgullecen de ofrecer un amplio abanico de actividades que encajan con la mayoría de los voluntarios. Cuando llega un voluntario nuevo lo acompañan y acogen para que se sienta cómodo y arropado. “Lo poquito que pueda sumar cada uno es mucho para la sociedad”, concluye.

Javier Muñoz
