El voluntariado es mucho más que una labor solidaria: te emociona
Cuando la vida te plantea dificultades que crees insalvables, al mismo tiempo te da una visión del día a día totalmente diferente a la que tenías.
Este puede ser el resumen de la experiencia que cambió la vida de Carmen Acevedo.
Carmen se enfrentó al diagnóstico de leucemia de su hijo cuando este tenía tan solo tres meses y, a partir de aquí, tuvo un antes y un después en su vida. Su realidad durante los siguientes dos años se transformó en una visión de niños enfermos y familiares tristes. Sin embargo, esto la impulsó a participar en fundaciones de diversas causas, todas necesarias: desde la lucha contra el cáncer infantil hasta la lucha contra el alzhéimer, el párkinson, las paraplejias, el síndrome de Down… “Ahora vivo la vida más intensamente, dando importancia a lo que tengo y a lo que realmente importa. Mi lema es «Actuar y solucionar».”
Más allá de su experiencia personal, ha sabido contagiar a sus familiares y amigos para hacerles partícipes de esta oportunidad tan gratificante que es el voluntariado. Como bien dice Carmen, “no es solo una labor solidaria, sino que te sientes afortunado y emocionado”.

Carmen Acebo
