“Yo quiero ser voluntario”
Lucía Dufol es miembro de la Asociación de Voluntarios de ”la Caixa” desde hace diez años. Se animó a participar al ver que sus compañeros de oficina volvían muy ilusionados después de realizar actividades.
La formación sobre educación financiera ha sido lo que más le ha llamado la atención. Como ella cuenta, antes de realizar el primer taller tuvo una buena preparación, “muy técnica y completa”, aunque sobre el terreno la hoja de ruta cambia y el taller se adapta a las situaciones que plantean los beneficiarios, que suelen girar en torno a la autogestión económica.
La primera sesión la recuerda muy bien: “Fue muy enriquecedora”. Destaca que era un grupo muy variado, de todas las razas, religiones y edades. Lo que más le gustó fue “ver reflejado en las caras de los asistentes que lo que explicábamos les iba a ser de mucha utilidad”.
Recuerda también que ha repetido este taller en muchas ocasiones y con diferentes colectivos, y le gusta ver que cada vez se apunta más gente: “Es una actividad que aporta mucho conocimiento”.

Lucía Dufol

Esta actividad surgió de una necesidad real de los beneficiarios: “Cada uno en su mundo debe gestionar lo que tiene, así que solemos hablar de conceptos básicos que son indispensables para organizarse”.
El taller dura cuatro horas y, durante la pausa, con un almuerzo ligerito, siempre tienen la oportunidad de charlar. Por eso, siente que estos talleres le aportan mucho desde el punto de vista personal, porque percibe que conecta con la gente y que vive realidades muy distintas, lo que la hace crecer como persona.
Lucía considera que cualquier persona que trabaja en CaixaBank puede ofrecer esta formación. “Hacemos casos prácticos, no personalizados pero sí tan concretos que el usuario se puede sentir identificado”.

La mirada de los niños
Lucía acumula muchos recuerdos durante toda su trayectoria como voluntaria, pero destaca una anécdota divertida y entrañable en concreto. “Salimos de excursión con un grupo de niños con síndrome de Down. Uno de los pequeños preguntaba sobre las profesiones y cuando se lo preguntaron a él lo tenía muy claro «Yo quiero ser voluntario», dijo”.
A esta voluntaria también le gusta participar en actividades dedicadas al medio ambiente o la reforestación. Sin embargo, las actividades que más la llenan son las relacionadas con los niños durante la época de Navidad, en concreto el día de Reyes. La emoción que vive al ver tanta ilusión en la cara de los niños no la puede olvidar: “Solo con recordarlo se me ponen los pelos de punta”, apunta.
Lucía cuenta que sus compañeros José Luis y Arseni han liderado desde el principio estas sesiones que preparan con pasión y sin olvidar ningún detalle: “Pedimos que todos los niños hagan sus cartas para así ir sobre seguro”.

Esta voluntaria lleva más allá su experiencia y la comparte con sus hijos para que aprendan a valorar lo que tienen y aprovechen las oportunidades que la vida les brinda. “Los pequeños gestos cuentan; simplemente proporcionar apoyo emocional a alguien ya es importante”, cuenta Lucía.
Lucía les diría a los compañeros de la entidad que todavía no se han animado a participar que con una actividad puntual de vez en cuando su colaboración sería enorme. Y además, si pudieran dedicar un poquito más de tiempo, les aconsejaría esta “experiencia de vida y personal fabulosa” y que “no dejen escapar la ocasión de participar aunque sea en algo pequeño”. Lucía paga “con mi cara de felicidad”.
Como colofón, esta entusiasmada voluntaria dice que “esto engancha, empiezas con poquito y cada vez te comprometes más”.
