Cuando el voluntariado es felicidad
El voluntariado imprime una serie de valores en las personas que se convierten en voluntarios tales como el altruismo, la solidaridad y la dedicación. Sin embargo, hay personas que ya incluyen esos valores de serie en su forma de ser.
Es el caso de Eduard Useleti, el voluntario de Barcelona que nos comparte su testimonio en esta ocasión. La vocación que siente Eduard en sus labores como voluntario le llenan de una felicidad extrema que transmite al contar su experiencia. “Hace tres años que hago voluntariado y comencé montando bolsas en la organización de carreras, después colaborando y ayudando en comedores sociales, en sesiones de equinoterapia con niños…”
Eduard transmite empatía, positivismo, capacidad de escucha… Es de esas personas con las que sabes que puedes contar. En su forma de hablar se nota que en su día a día tiene presente su entorno y las personas que forman parte de él y aplica este “altruismo” en su rutina diaria: “Si se acaba el papel de la impresora, voy y lo relleno para todos, no pongo uno solo para mi”.
Hace un par de años que colabora activamente en la Semana Social. Cada tarde intenta asistir a una actividad diferente y aprovechar al máximo su disponibilidad para colaborar con los distintos colectivos que participan. Actualmente, Eduard es embajador y tiene algunas tareas especiales además de su labor como voluntario. “Nos reunimos con acción social y entidades para recibir la información y ver el funcionamiento de la semana. Como embajadores somos facilitadores, es decir, intentamos que participen el máximo de trabajadores en cada una de las actividades”.

Eduard Useleti

La Semana Social es una experiencia de grupo muy intensa, como nos comenta Eduard: “la satisfacción y el dolor conviven, ves que hay problemas graves en la vida y tomas consciencia de que tú estás bien y que eres un afortunado”.
Además, también se refuerza el compañerismo, ya que participar y comentar en esta experiencia establece vínculos que van más allá de la relación laboral.