El voluntariado una segunda familia
La experiencia de cada voluntario es diferente y única, pero cada una de ellas está llena de vivencias especiales y memorables.
En el caso de Ramon Torruella, miembro de la Junta de la Asociación de Voluntarios de ”la Caixa” de Lleida, su trayectoria como voluntario viene marcada sobre todo por su intención de seguir en contacto con sus compañeros, una vez llegó su jubilación.
Ser voluntario le ha permitido poner un punto y seguido después de su jubilación, y poder seguir teniendo relación con antiguos compañeros, jubilados y prejubilados “quería formar parte de una asociación que me permitiera seguir manteniendo contacto con compañeros, y poder compartir con ellos parte de mi tiempo libre”. Tanto es así, que Ramón ha llegado a convertir ese tiempo de calidad en una experiencia casi familiar, teniendo además como fondo, la labor social que le permite desarrollar su actividad como voluntario.
Una de las iniciativas que mejor recuerda de todas las que han llevado a cabo, es la del “Arboretum”, que consistía en desarrollar un jardín botánico que integrara a toda la población de Les Garrigues. Gracias al programa de voluntariado y la ilusión de todos los participantes, se ha conseguido convertir en uno de los referentes en el estudio de la flora mediterránea.
Para Ramón, el contacto y la relación entre los voluntarios es fundamental y es parte de lo que más resalta de su tiempo de voluntariado “el simple hecho de salir a la calle y que algún chico de la asociación te reconozca, te llame por tu nombre, y te dé un abrazo, no tiene precio. Te demuestran que, por mucho que des, a cambio, siempre recibirás más”.

Ramón Torruella
