El voluntariado internacional me marcó
Empecé a interesarme en el voluntariado gracias a las experiencias y testimonios que mis compañeros compartían, hasta que al final me decidí y me fui a Nicaragua como voluntaria de "la Caixa".
Estuve en la zona norte del país, con otra compañera, y fuimos a colaborar en una asociación de agricultores de la zona, asesorando sobre microeconomía; al final terminamos involucrándonos con un grupo de mujeres emprendedoras de la zona.
Fue una experiencia llena de emociones; hicimos sesiones de "coaching" adaptadas a su realidad, ya que se trata de una zona muy pobre y asilada y una mujer emprendedora no es lo mismo aquí que en Nicaragua.
Les dimos nociones básicas de como presentarse mediante dinámicas de grupo orientadas a la parte personal. Aunque las presentaciones eran muy básicas: su nombre, los hijos que tenían...después de que cada una se presentara todas aplaudíamos; parecía que cada aplauso las hacía más visibles, su actitud cambiada.
Conseguimos que las mujeres adquirieran un poco más de seguridad en sí mismas; fue como un empoderamiento, acabaron reconociendo el mérito de ser mujer en unas sociedad tan difícil y vieron que las mujeres podías unirse y ayudarse.
Cuando nos fuimos, seguimos manteniendo el contacto con ellas. Hace poco me enteré que una de las mujeres había acabado Magisterio; pensar que en cierta manera pueda haber contribuido en esto, me llena de felicidad.
Las mujeres de Nicaragua, aprendieron que pueden tener más opciones en la vida, que pueden ter más oportunidades de las que creen.
En el voluntariado internacional, no desconectas, no vuelves a casa después de la actividad. Para mí es esta imagen: en España, acabas la actividad y te quitas el polo, en el voluntariado internacional no te lo quitas, ya que estás a todas horas con ellos, no sólo con los que forman parte de la actividad, todo el mundo te aporta, continuamente estás aprendiendo de ellos.
Al volver a España, vi que también podía ayudar aquí, y decidí involucrarme en actividades recurrentes. Actualmente colaboro en la CiberAula del Hospital Materno Infantil dos veces al mes, para mí es un compromiso.
Ser voluntario merece mucho la pena, te cambia la perspectiva de la vida y te llevas unos valores brutales.

Estefanía Suárez Matos
